El próximo jueves 22, a las 20.30, el joven escritor sancarlino Juan Manuel Gallardo Morales presentará Poemas a una Reina. La vida de Nuri Oriana Donnantuoni, en la Parroquia San Juan Bosco, de Eugenio Bustos, San Carlos.   Tras dos años de trabajo, Gallardo Morales dará a conocer su último libro, un homenaje literario a la Reina Nacional 2005, quien murió tres años atrás. Lo recaudado en la venta de ejemplares será destinado al Hogar Cunita del Sol, de San Carlos y a la Cooperadora Hospital Regional Antonio J. Scaravelli, de Tunuyán.   Sobre el autor   Juan Manuel Gallardo Morales nació en 1986, en Eugenio Bustos. Su primera novela, Mendigando Sombras I, la publicó cuando tenía sólo 21 años, en 2007. Al año siguiente, editó Mendigando Sombras II. Testimonios de un misionero. En 2011, dio a conocer Pinta mi poema, declarado de Interés Cultural por el Municipio de San Carlos. Luego, publicó Abrazado a El Álamo y Adobes Mojados. Asimismo, dirigió la Vendimia 2010 de San Carlos y fue el guionista de la Fiesta Provincial de la Cereza, de Vista Flores, del 2012 al 2014.   Y en un minuto fue el cielo despejado, cubierto luego. Las nubes danzando, la tormenta. La lluvia en los rostros, la lluvia fresca. Y en un minuto fue el callejón, la huella arada y la compuerta. La acequia con hinojo, las corridas veraniegas descalzos en la tierra. Y en un minuto fue de agosto, su casi primavera.   El silencio constante, las travesuras de la siesta. La serenidad del campo y del arroyo, su silueta perfecta. Y en un minuto fue el viento agitándole el cabello, y sus rulitos de pequeña. Las muñequitas en cajas y en su cuello la gomera.   Y en un minuto fue su sonrisa iluminando a los que riegan, a los sufridos de mil soles, del frío que penetra. Y en un minuto fue la escondida, la mancha, el encaramarse a los árboles, trepar al menos un ejemplar de cualquier alameda. Y en un minuto fue su voz pronunciando poemas, los que escribió la luna, los que en Pareditas leyó un poeta. Y en un minuto fue el vestido rojo de los cinco, las rosas rococó, la torta con cintas, el paso por la escuela. Y en un minuto la Río Negro fue recuerdo, el Huerto apenas un par de anécdotas. Y en un minuto el amor palpable, amor creciente, la juventud diciendo adiós a la pasada adolescencia. Y en un minuto la fe, el orégano… Y en un minuto el sueño de un Pueblo, su trayecto por las viñas, su dulce mirada turquesa. Y en un minuto fue el barullo citadino, el asedio a las tiernas muchachitas de la mendocina realeza. Y en un minuto fue su mano en alto, fue bien sancarlina la proeza. Y en un minuto la multitud coreó su nombre, la serenata fue tonada, fue vals de tonos grises y fue una sentida cueca. Y en un minuto el mundo de Cuyo vio como una fina princesa se convertía en el prólogo de marzo en flamante soberana, en Reina eterna.