Sabado 12.10.2024
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    Duro informe de UNICEF por la lucha contra el SIDA

    UNICEF: Si se mantienen las tendencias actuales, cerca de 80 adolescentes morirán de SIDA al día desde hoy hasta 2030. El Organismo Internacional pide que se intensifiquen los programas de prevención y tratamiento para adolescentes ante la lenta reducción de las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el SIDA NUEVA YORK /JOHANNESBURGO, 29 de noviembre de 2018  – Se estima que unos 360.000 adolescentes morirán de enfermedades relacionadas con el SIDA entre 2018 y 2030. Esto equivale a 76 muertes de adolescentes al día si no se aumentan las inversiones en programas de prevención, detección y tratamiento, según se desprende de declaraciones de UNICEF en un nuevo informe publicado hoy.

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    El informe, Children and AIDS: The world in 2030 (Niños, VIH y SIDA: El mundo en 2030), pone de manifiesto que, según estimaciones sobre población, si se mantienen las tendencias actuales, la cifra de nuevos infectados de VIH entre las personas de 0 a 19 años alcanzará los 270.000 en 2030; un descenso de una tercera parte con respecto a las estimaciones actuales. Además, el informe revela que el número de niños y adolescentes que mueren por causas derivadas del SIDA descenderá de los 119.999 actuales a 56.000 en 2030.

    No obstante, esta trayectoria descendente lleva un ritmo demasiado lento, especialmente entre los adolescentes. Según el informe, el número de nuevas infecciones por el VIH en niños de hasta 10 años se reducirá a la mitad para 2030, mientras que las nuevas infecciones en adolescentes de entre 10 y 19 años tan solo disminuirá un 29%.



    Por otro lado, se estima que las muertes relacionadas con el SIDA disminuirán un 57% en niños menores de 14 años, en comparación con el descenso del 35% en la franja de edad de 15 a 19 años.

    “El informe demuestra que, sin lugar a duda, el mundo está muy lejos de erradicar el SIDA entre los niños y los adolescentes antes de 2030”, afirmó Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF. “Los programas de prevención de la transmisión de VIH de madres a bebés están dando resultados, aunque no los esperados, mientras que los programas para tratar el virus y evitar su contagio a niños de mayor edad distan mucho de los objetivos marcados”.

    UNICEF estima que, cada día, cerca de 700 adolescentes de entre 10 y 19 años contraen el VIH: eso significa uno cada dos minutos. Según el informe, la cifra de nuevas infecciones en niños de hasta 10 años se reducirá a la mitad para 2030, mientras que las nuevas infecciones en adolescentes de entre 10 y 19 años solo disminuirá un 29%.

    Además, el informe destaca que:

    • En 2030, aproximadamente 1,9 millones de niños y adolescentes seguirán teniendo VIH, la mayoría procedentes de África Oriental y Meridional (1,1 millones), seguidos por África Occidental y Central (571.000) y América Latina y el Caribe (84.000).
    • En la actualidad, tres millones de niños y adolescentes de todo el mundo padecen VIH, más de la mitad de ellos en África Oriental y Meridional.
    • Las reducciones en el número de niños y jóvenes de entre 0 y 19 años que tendrán VIH entre 2018 y 2030 también variarán en función de la región: el mayor descenso se registrará en Asia Meridional (cerca de un 50%) y en África Oriental y Meridional (40%). En cambio, esa cifra solo disminuirá un 24% en África Central y Occidental, la segunda región con mayor carga del virus.

    El informe señala dos grandes “déficits” en la respuesta al VIH entre niños y adolescentes: la lentitud de los avances para prevenir el VIH entre niños y jóvenes y la incapacidad para abordar los factores estructurales y de comportamiento causantes de la epidemia. Muchos niños y adolescentes no saben si padecen VIH, y cuando dan positivo y se les manda un tratamiento, muy pocos lo siguen.



    Con el fin de abordar estas lagunas persistentes, en el informe se recomiendan una serie de enfoques respaldados por UNICEF que incluyen: realizar pruebas de detección entre las familias para poder identificar y tratar a los niños que tienen VIH pero que a los que aún no se les ha diagnosticado; más tecnologías de diagnóstico en el momento de la atención para mejorar el diagnóstico temprano de los niños; un mayor uso de plataformas digitales para promover el conocimiento sobre el VIH entre adolescentes; servicios adaptados a los adolescentes y programas de divulgación dirigidos a adolescentes.

    “No podemos ganar la lucha contra el VIH si no aceleramos el progreso para prevenir la transmisión a la siguiente generación”, recalcó Fore. “Debemos mantener la sensación de urgencia para sostener los beneficios conseguidos en la última década, tanto para niños como para niñas. Y, para ello, hemos de buscar formas innovadoras y preventivas de atender a los jóvenes más vulnerables y más expuestos al peligro”.