El Gobernador anunció un proyecto de ley para hacerle frente al robo y la venta de ruedas, llantas, neumáticos y autopartes de automotores. Así lo dijo durante su último discurso ante la Asamblea Legislativa. Además, destacó los logros en materia de seguridad de su gestión. Durante su último discurso ante la Asamblea Legislativa, el Gobernador Alfredo anunció que en breve enviará a la Legislatura “un proyecto de ley para hacerle frente a otro flagelo cotidiano: el robo y la venta de ruedas, llantas, neumáticos y autopartes de automotores que a diario sufren decenas de mendocinos”. Explicó que “la iniciativa prevé la derogación de la Ley 7558 para completar el circuito del control estatal, capaz de desalentar y castigar la venta de bienes de dudosa procedencia en establecimientos dedicados a la compra y venta, facultando a la Justicia a la destrucción de las autopartes y hasta la clausura del local, en caso de detectar irregularidades”. El mandatario provincial destacó que “adecuar leyes es acompañar los cambios sociales y evitar vacíos legales que permitan consagrar la impunidad”. Luego detalló algunos de los logros en materia de seguridad tras informar que “de una tasa de 9 homicidios cada 100 mil habitantes, pasamos a una de 5 en 2018, lo que constituye la más baja de los últimos 19 años”. Resumen Discurso de Cornejo Vengo a esta Asamblea Legislativa, en mi último año de mandato constitucional, a rendir cuentas de mi accionar como gobernador de la Provincia de Mendoza, pero también a acercarles a todos los mendocinos un balance sintético de lo realizado por mi gestión, con ejemplos y datos concretos que pueden ser corroborados, ampliados o profundizados en detalle en los anexos distribuidos. Aprovecho también la ocasión para saludar a todos los trabajadores en su día, en especial aquellos que se desempeñan en el Estado provincial y que durante este tiempo han redoblado esfuerzos para acompañar la mejora sustancial del servicio público en general que ha concretado mi gestión, al recuperar y potenciar áreas que al momento de asumir estaban devastadas o semiparalizadas, producto del desorden administrativo y financiero que caracterizaron a Mendoza hasta diciembre de 2015. Como dije el primer año, quiero que se me juzgue por lo hecho desde la Provincia que recibí; pero también por la que voy a entregar a quien me suceda a fin de año, fruto de la voluntad popular. Principalmente, pretendo ser evaluado básicamente por el mejoramiento de los servicios esenciales del Estado como son la Salud, la Seguridad, la Educación y la Justicia. Fue allí donde priorizamos los esfuerzos, porque además de servicios básicos, eran los más deteriorados, y en algunos casos, al borde del colapso. Sin insumos, con deudas millonarias y con una orientación de su tarea absolutamente alejada de la necesidad de prestar un servicio público de calidad a los ciudadanos. Tras ese diagnóstico inicial, partimos de la base de reconocer ante los propios mendocinos, con crudeza y realismo, los problemas y el estado de la situación en la que asumimos el gobierno. No buscamos esconder nada debajo de la alfombra. No en vano esta Legislatura nos aprobó las declaraciones de Emergencia Administrativa, Financiera y Fiscal, así como la de Salud y Seguridad. Ese era el caos en el que nos hicimos cargo de la Provincia. Ese fue nuestro difícil punto de partida. Durante estos casi tres años y medio podemos decir, con absoluta humildad, pero con la misma dosis de sinceridad, que desde nuestro gobierno hemos establecido las bases para iniciar la recuperación de la buena administración, que es imprescindible continuar en el futuro, y con ella, la del propio Estado. Un Estado que cuando asumimos, no sólo era irresponsable y no le pagaba a sus empleados ni a sus proveedores; si no que también tenía altos índices negativos en esos servicios esenciales así como en otras áreas del Gobierno. Recordar aquel infierno es un acto de justicia no para con este gobernador y sus funcionarios, sino para con los ciudadanos a los que se les privó de tener mejores servicios en ese tiempo. Hoy, con orgullo, podemos decir que si bien no hemos alcanzado aún un nivel óptimo, hemos avanzado y mejorado significativamente. Nos comprometimos a la austeridad y la eficiencia y puedo también decirles que hemos cumplido: optimizamos el gasto y bajamos impuestos. Pero no sólo eso: ahora tenemos más servicios de mejor calidad que los que tenía la Provincia hace más de tres años. Con todo esto estamos cambiando Mendoza. Pudimos concretar esta mejora pese a que la Provincia tiene un margen de acción muy acotado en las grandes decisiones económicas que son resorte de la Nación. Pero, sin embargo, Mendoza tiene la herramienta principal de la economía que es su presupuesto provincial. Orientar el gasto público nos permitió entonces intervenir en claro beneficio de los mendocinos: como sucede con la fenomenal inversión en obra pública registrada en mi gobierno llevando rutas, hospitales, escuelas, centros de salud y tecnología a cada rincón de la provincia para generar trabajo y mejores condiciones de vida, sin importar si había o no elecciones en el horizonte. O si ese departamento tenía o no un intendente más o menos afín con este gobernador.   En materia educativa, lo dije al inicio de mi gestión y lo cumplimos: en Mendoza la educación importa. Estamos cumpliendo por fin, los 180 días de clases efectivos. Y digo efectivos porque esos días sucedieron, sin paros, sin interrupciones innecesarias para dar continuidad pedagógica a nuestros alumnos. Un gran avance fue el Ítem aula, una medida que tuvo óptimos resultados. Estuvo sometido a todos los escrutinios y tuvo una unánime sentencia favorable en su constitucionalidad en la Suprema Corte de Justicia. En las escuelas estatales cayó 40% la cantidad de días pedidos y esto se lo debemos agradecer a los docentes. Un dato complementario es que por primera vez en más de una década el sistema estatal mejoró su matrícula, sin perderla por traspaso a la escuela privada, lo contrario de lo que ocurre en el resto de las provincias. En materia de Salud, cuando asumimos, en el Hospital Central no funcionaban los ascensores; el Hospital Notti se colapsaba en invierno, el Carrillo era una cáscara vacía y en el Schestakow no funcionaban las calderas y los líquidos cloacales inundaban algunas áreas. Hoy por primera vez en la historia de nuestra provincia, se realizan trasplantes hepáticos en el Central, como parte de un programa que sólo se ejecuta en 5 centros públicos del país. El Notti tiene comprado un nuevo terreno para su ampliación y se ha incorporado tecnología de punta como un resonador magnético; en el Carrillo se realizan cirugías pediátricas y el Schestakow vuelve a ser el hospital de alta complejidad que el Sur provincial necesita. Hemos puesto especial énfasis en las mejoras, ampliaciones y refacciones de los principales hospitales de la provincia, que algunos de ellos, en 2015 apenas si funcionaban como un centro de salud, tal el caso del Carrillo o el Metraux. Al finalizar la gestión, se habrán incorporado al sistema público más de 59 mil metros cuadrados nuevos de infraestructura sanitaria, equipada para mejorar la atención de los mendocinos. En materia de Seguridad, tal vez una de las áreas más sensibles, es inmenso el trabajo realizado si consideramos que al asumir encontramos una Policía en decidido estado de abandono, síntoma de un Estado que se había resignado a combatir el delito y sus causales. Prueba de ello es que sólo la deuda con los proveedores del sistema Tetra, vital para mantener activada cualquier respuesta ante un hecho delictivo, era de 500 millones de pesos. Como corresponde, esa deuda ya está toda cancelada y hoy los proveedores cobran al día. Además, se ha ampliado el sistema en 2.610 km2, lo que permite cubrir franjas de la provincia que estaban desprotegidas. Pero no sólo eso. En 2015 había sólo 385 móviles provinciales para toda la Provincia. Sin equipamiento ni tecnología, que sólo podían cargar combustibles en apenas 3 estaciones de servicio del Gran Mendoza y en otras 5 del resto del territorio provincial, lo que significaba que los policías perdieran valioso tiempo en los traslados y las esperas, además del consumo inútil del propio combustible. Hoy contamos con 1.124 movilidades con GPS, muchos de estos son patrulleros equipados con lectores de huellas, reconocimiento facial y de patentes, lo que permite avanzar en la prevención y persecución del delito, y esperamos incorporar 100 unidades más en lo que resta del año. Pero además, después de tres años, gastamos casi lo mismo en combustibles, 65 millones de pesos, con el triple más de móviles y con sucesivos incrementos del valor de las naftas en estos años, pudiendo ahora cargar en cualquier estación de la Provincia con el programa YPF en Ruta. Está claro que el orden no es un capricho. El orden genera ahorros en las cuentas públicas y salva vidas. Pero no estamos conformes. Por eso hoy anuncio que en breve enviaré a esta Legislatura, un proyecto de ley para hacerle frente a otro flagelo cotidiano: el robo y la venta de ruedas, llantas, neumáticos y autopartes de automotores que a diario sufren decenas de mendocinos. La iniciativa prevé la derogación de la ley 7.558 para completar el circuito del control estatal, capaz de desalentar y castigar la venta de bienes de dudosa procedencia en establecimientos dedicados a la compra y venta, facultando a la Justicia a la destrucción de las autopartes y hasta la clausura del local, en caso de detectar irregularidades. Durante esta gestión se revirtió ese déficit del casi 7% del 2015 a un superávit corriente del 6% en 2018 (el primero en 8 años). Ese 6% se ha destinado a la inversión pública que enumeré en escuelas, hospitales e infraestructura vial, además de las inversiones para sostener e incrementar los servicios básicos. Para este año el porcentaje de inversión pública es del 10,6%, cuando en los ocho años anteriores a mi gobierno apenas osciló entre el 4 y el 6%. Todo ello pudo ser posible además con una baja progresiva de impuestos provinciales, que ha significado una disminución en la recaudación pero un alivio en la presión impositiva para los ciudadanos contribuyentes. Las actividades primaria o industrial prevée en un par de años, alcanzar la tasa cero bajo cumplimiento de una serie de requisitos. Pero para ello hay que darle continuidad al orden. Tras ocho años sin datos, se refundó la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), que en paralelo a lo que sucedió con el INDEC a nivel nacional, había dejado de ser una herramienta seria y creíble para medir las variables imprescindibles para el funcionamiento y control de las políticas públicas. Un Estado que oculta o se miente a sí mismo y a sus ciudadanos, difícilmente puede solucionar aquello que no quiere admitir, o que minimiza so pretexto de la estigmatización. Hoy la DEIE mide de manera independiente aspectos tan sensibles como la canasta de precios o la inflación, pero también nos brinda herramientas para la recategorización de las zonas de las escuelas públicas a fin de incentivar la presencia del Estado donde por razones sociales, económicas o ambientales, más se hace necesaria. El Fondo para la Transformación y Crecimiento pasó de subsidiar de hasta 6 puntos a hasta 12 puntos de la tasa de interés para nuestros productores, facilitando el crédito con el Banco Nación. Pero no sólo eso. Logramos además una significativa disminución de la mora, que en 2015 era del 17% y ahora se ubica apenas en el 0,9%. El orden también significa más recursos para el desarrollo de la producción. Confeccionamos planes de mejora estructurales para las distintas actividades productivas, competitivas, de reconversión, que orientan a los productores y le dan un sentido previsible a su esfuerzo. El plan del durazno industrial, el clúster de la ciruela o el ganadero, el desarrollo forrajero y hortícola en el Sur provincial o la reconversión de la cereza, son algunos ejemplos de la planificación y acompañamiento del Estado a 137 productores, con mejoras en 953 hectáreas y 108 reconvertidas, fijando estrategias de mediano y largo plazo. El plan de reconversión frutícola del Sur provincial incluye nuevos varietales, introducción de tecnología y mejores rendimiento. Más intervención inteligente que es posible gracias al orden y la buena asignación de las cuentas públicas. Otro ejemplo claro de la reversión de la situación heredada es la Lucha Antigranizo con el que protegemos a nuestra producción agrícola. Cuando asumimos, había un solo avión operativo. El stock de pirotecnia y el plantel de pilotos eran insuficientes. Hoy, tenemos cuatro aviones que funcionaron ininterrumpidamente durante la última campaña, con stock suficiente de cartuchos y bengalas hasta para enfrentar la próxima campaña 2019/2020. El caso petrolero también es paradigmático. En 2015 había contratos incumplidos, multas sin cobrar, áreas revertidas y vueltas a licitar, lo que significaba una brusca caída de las inversiones. Tras el reordenamiento establecido en mi gestión, se cobraron 500 millones de pesos en multas por tratados no realizados y se rompió con la lógica del negocio inmobiliario, en torno de las áreas que apañaron los gobiernos anteriores. Asimismo, después de 10 años se licitaron 12 áreas petroleras y se adjudicaron 7, con inversiones aseguradas por 2 mil millones de pesos a ejecutarse en los próximos 5 años y con garantía de cumplimiento. Ante el agotamiento del recurso tradicional, era imperioso abrir nuevos horizontes productivos en materia petrolera. Por ello planteamos la explotación no convencional con altos estándares ambientales y tecnológicos en la provincia de Mendoza, lo que nos ha permitido poner en marcha el primer piloto con una inversión de 70 millones de dólares, lo que sumado a lo prometido por YPF, el potencial de inversiones a 10 años son 20 mil millones de dólares. También apuntamos a la explotación de los crudos pesados, para los que no existían condiciones ni tecnología para su tratamiento. En materia de Ambiente, estamos desarrollando políticas que contribuyan a la mitigación del cambio climático y la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas. Es por eso que firmé un decreto que declara la Emergencia Ambiental en el Piedemonte, en donde hemos decidido paralizar cualquier tipo de emprendimiento y trabajar de manera conjunta entre la provincia y los municipios de Ciudad, Godoy Cruz, Luján de Cuyo y Las Heras, en la planificación de un proyecto de ley nuevo que regularice el Ordenamiento Territorial en la zona, con el respaldo de un ambicioso plan de riesgos y amenazas aluvionales. Luego de poner en vigencia la Ley de Ecoparque, estamos logrando transformar el antiguo Zoológico en un paseo que pone como prioridad el cambio de paradigma, reemplazando encierro por vida digna, conservación y educación ambiental. Decidimos avanzar sobre un problema histórico que ha tenido el sur de nuestra Provincia, con 30 años de historia: impulsamos la remediación del Complejo Minero Fabril Sierra Pintada. Finalmente, luego de 26 años de sancionada la Ley 5970, que establece la eliminación de los basurales a cielo abierto y la generación de energía, como premisas sobresalientes, Mendoza dispondrá de un financiamiento del BID de más de U$S 20 millones de dólares, que será licitado este año, para la construcción y operación del Centro Ambiental El Borbollón y tendrá como objetivo lograr la disposición final controlada de los residuos sólidos urbanos que se generan en la Área Metropolitana de Mendoza. Estamos erradicando todos los basurales a cielo abierto de la provincia y mejorando la gestión de los residuos en el Valle de Uco y la Zona Este. En materia de Cultura, hemos avanzado significativamente en las obras de restauración y consolidación estructural del Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú-Casa de Fader. Pero también abrimos el Museo Carlos Alonso en la ex mansión Stoppel, paralizada desde 2015. Estos hitos constituyen, sin dudas, una de las más grandes inversiones en infraestructura cultural de los últimos años.