De qué modo el vino, en un consumo moderado, sirve para suplementar la dieta occidental para reducir los niveles de colesterol en sangre es el objetivo que se propone una investigación de la UNCUYO. Será a partir de estudios que se encararán desde las facultades de Ciencias Médicas y de Ciencias Agrarias, promovidos por la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR).   Los ensayos buscarán aportar datos certeros, sin precedentes a nivel nacional, acerca de cómo esta bebida nacional sirve a planes dietarios nutricionales para morigerar los daños causados por la ingesta excesiva de grasas no saludables y sus consecuencias a nivel cardiovascular o del sistema nervioso central, entre otras problemáticas.  El objetivo es ir más allá de los datos epidemiológicos con los que ya se cuentan, que sugieren que el consumo moderado de vino tinto reduce la mortalidad cardiovascular y la incidencia de diabetes. Para esto, la Universidad cuenta, como ventaja, con ensayos en los que se ha comprobado que en uvas tintas es posible incrementar la concentración de antocianas y trans-resveratrol, que son compuestos que están presentes en la piel de esas uvas.  Las antocianas, por su parte, son las que les otorgan color y contribuyen a mejorar las características organolépticas de los vinos, además de ser antioxidantes. Mientras que el trans-resveratrol posee numerosas propiedades beneficiosas para la salud por ser antioxidante, antiaging, anticancerígeno y porque disminuye los niveles de colesterol y de glucosa en sangre.  “La propuesta surgió de la necesidad de profundizar algunos aspectos sobre el consumo moderado de vino, aprovechando que ya veníamos trabajando en un modelo de hipercolesterolemia en conejos con aceite de oliva. Pero la dieta mediterránea ya incluye el consumo de un vaso de vino en adultos. Lo que falta acá es precisar cuánto y cómo consumir y si afecta al principal flagelo de la dieta occidental, la nuestra, que es el consumo de grasa y el consecuente aumento del colesterol”, explicó el investigador y docente de Ciencias Médicas Miguel Fornés, acerca de lo que los motivó a avanzar en aportes que entienden como cruciales para la salud.   El especialista detalló que la dieta occidental está caracterizada por un consumo de grasa no saludable en exceso, que incluye desde la comida “chatarra” hasta los alimentos procesados y hasta al mismo clásico asado, en algunos aspectos. Y que esto, de algún modo, es lo que se podría contrarrestar.  “Ahora queremos dar un pasito más”, adelantó Fornés, acerca de las precisiones a las que apunta este trabajo de investigación, que también incluirá a la Facultad de Ciencias Agrarias que viene ensayando la producción de vino enriquecido en compuestos polifenólicos/nutracéuticos.  “Desde la cátedra Fisiología Vegetal, a través del empleo de hormonas vegetales aplicadas en racimos de uvas tintas como Malbec, hemos logrado incrementar el contenido de polifenoles. Luego, con estas uvas elaboramos vinos enriquecidos  en estos compuestos, que serían los responsables en disminuir la cantidad de colesterol en sangre”, detalló Liliana Martínez, que codirigirá la investigación desde Ciencias Agrarias, refiriéndose a la experiencia que ellos aportarán a partir de lo que trabajan en vides y campo. El vino que ellos elaboran servirá para determinar dosis y efectos de la bebida, a través de una práctica de “medicina traslacional”, que es la que se usa para reproducir patologías humanas en modelos desarrollados en animales. Esto corresponderá a la primera etapa de la investigación impulsada por la COVIAR.  “En paralelo trabajaremos con el vino enriquecido. Veremos si genera un mejor efecto que el convencional”, precisó Fornés. En cuanto a relevancia, el médico comentó: “en materia de salud, se puede ofrecer un producto como es el vino que es natural, que en su justa medida no genera daños. Es una forma más de tratarse, además de las pastillas clásicas o el ejercicio, ahora con una dieta que colabore en bajar el colesterol”. La doctora Martínez, por su parte, agregó: “hay un fuerte impulso de la COVIAR para que el vino sea considerado una bebida saludable y para que esto pase tiene que contribuir en sanar algunas enfermedades. Más allá de lo que se conoce a nivel internacional, qué mejor que una investigación hecha con variedades locales como es el Malbec para mostrar que tiene esas propiedades con información corroborada acá, en Mendoza. Esto también le servirá a la industria”. Tanto Fornés como Martínez trabajarán con equipos de investigadores que estarán conformados por doctores, miembros de CONICET, becarios, estudiantes y personal de las cátedras involucradas de las dos facultades de la UNCUYO. La COVIAR intervendrá a través de la Asociación ad Hoc de Investigación, Desarrollo e Innovación IDi que promueve una serie de acciones para dar respuesta a la demanda del sector por nuevos conocimientos científicos que permitan validar y ampliar la información existente sobre los efectos en la salud de la ingesta moderada de vino. Desde esta Corporación financiarán los gastos en lo que respecta a insumos y materiales necesarios para la investigación. “Lo que también nos interesa es poder apoyar la participación de parte de los equipos en eventos científicos regionales con el fin de difundir los resultados alcanzados y comunicarlos también a la comunidad en general”, comentaron.