Ya es fácil encontrar frutillas. Si bien los precios no son demasiado accesibles, puede comprarse una pequeña cantidad y combinarlas en ensalada o con otras frutas. También conocidas como fresas, pertenecen a la familia de las rosáceas, como las frambuesas. Eran conocidas, en la antigüedad, por los griegos y los romanos, que no las cultivaban pero sí las recogían de los bosques como frutos silvestres. La frutilla es diurética, refrescante y desintoxicante. Aporta muy pocas calorías, por lo que su consumo es recomendado para personas con sobrepeso, obviamente, comiéndolas solas y en cantidades razonables. Es muy rica en vitamina C: 100 gramos de frutillas contienen 60 ml de vitamina C, valor que equivale a 10 veces más que la que contienen las naranjas. Podés consumirlas en fresco, agregándole azúcar y vino dulce o con crema chantilly. También, integrándola a una ensalada, como parte de un postre y, en verano, no pueden faltar en el tradicional clericó. Cómo comprarlas y conservarlas Deben seleccionarse las que se encuentren firmes y sin manchas. Conservarlas sin lavar en un envase hermético en la heladera. Al momento de comerlas, lavarlas enteras y con el cabo. Una vez limpias, quitarles el tallo, prepararlas y servirlas enseguida. Se aconseja no dejarlas mucho tiempo en el agua porque pierden sabor y nutrientes. Estando en perfectas condiciones, pueden durar hasta 10 días en la heladera. También se pueden conservar congeladas durante varios meses. En ese caso, deben lavarse con el cabo, dejar orear y espolvorean con azúcar. Guardar en cajas herméticas o bien licuar y guardar como jugo. Preservadas de esta forma se pueden mantener hasta un año en el congelador. Terrina de frutillas Ingredientes 1 sobre de gelatina liviana de frutilla 250 ml de agua hirviendo 1 taza de queso crema liviana (light) 12 frutillas 1 pionono Preparación  Hidratar la gelatina agregándole el agua hirviendo e incorporar el queso crema, las frutillas picadas y mezclar. Verter dentro de un molde de budín inglés pequeño y llevar a la heladera 30 minutos. Luego tapizar con el pionono y enfriar en la heladera dos horas más. Desmoldar pasando (el molde) por agua caliente. Cortar y servir.