La pandemia obligó al aislamiento y muchos niños pasaron gran parte del año sin contacto social con amigos, compañeros o vecinos; atento a esa situación el municipio retomó su tradicional programa de escuelas de verano, generando un espacio para que los menores pudieran disfrutar de las vacaciones de una manera segura.    “Logramos adaptarnos a la situación que vivimos, empleamos una forma de trabajo que llevó tranquilidad a todos los participantes y sus familias y las escuelas de verano funcionaron bajo un estricto sistema de calidad” explicó Gustavo Becerra, Director de Deportes. Cabe destacar que el municipio protocoliza y formaliza procesos a través del sistema de Calidad ISO y uno de los ámbitos involucrados fueron las escuelas de verano.  Durante todo el ciclo el municipio aplicó en cada uno de los 15 establecimientos planes de concientización donde se entregaron barbijos y a través de charlas informales y entretenidas se explicó la importancia del uso de los mismos, y se fomentaron las conductas de higiene y cuidados personales para evitar contagios.  Todas las actividades se realizaron en burbujas con grupos entre 10 y 15 chicos, coordinadas por un profesional del municipio.    Sobre la modalidad de trabajo la Secretaria de Gobierno, Yamila Cerezo, destacó que “cuando los niños llegan al polideportivo o natatorio se activa el protocolo, se les toma la temperatura, y en caso de que tengan fiebre no se los deja ingresar y se los asiste. A todos se los sanetiza con alcohol, y se les pide que mantengan los barbijos, quitandoselos solo para hacer una actividad física o ingresar a la piscina” explicó la funcionaria. Las actividades en cada uno de los espacios tuvieron actividades diferenciales. En los polideportivos Juan Domingo Ribosqui y Juan Giol funcionaron escuelas de verano deportivas, que a diferencia de las tradicionales, prepararon a los niños en una iniciación deportiva específica en disciplinas como fútbol, vóley o hándbol, entre otras.      El municipio también vinculó a más de 40 personas con discapacidad que participaron de las propuestas recreativas y deportivas, en los polideportivos de San Roque, Luzuriaga y Ciudad de Maipú. Con ellos se llevaron a cabo actividades inclusivas e integradoras de carácter recreativas, deportivas, como lo son las clases de natación, hándbol, futbol, básquet y vóley. Si bien este programa tiene en el centro de su atención a los niños, también se realizaron actividades acuáticas pensadas para los adultos mayores en piscinas ubicadas en el distrito de Coquimbito. Y a diferencia de otros años, el ciclo no finalizará con los tradicionales fogones que reunían a una gran cantidad  de niños y familiares. En esta oportunidad distintos grupos de niños harán actividades acuáticas y los chicos con discapacidades presentarán una síntesis de las actividades realizadas durante el ciclo.            .