Los hijos del sol: amamantados por tormentas de siglos, el sui géneris temprano de la integridad incompleta de la sangre, tiene sinfonía de canto desangelado y notas terrenales para el coral negro de los nadies. Ellos entonan estrofas desalmadas por tanta Fe persuadida y lavan su rostro en aquel mar donde sacian su sed los pecadores sin indulto de la tierra. Cenan a la luz de un candil a medianoche mientras la cítara afligida estremece la fiesta sin banquete bajo el zinc estrellado de las villas de emergencia. La hermandad del redentor también camina descalza y marcha azotada hacia la cruz del final. De: "Incendio del día" (inédito)   Lucio Albirosa