LA DOMA   Cual bruma  de Londres son,   su aroma cuadrado la subyugan   No se inmutan   fríamente se replican, idénticas por doquier.    Se descubre observándolas,  mirada gacha,    el silencio silva piropos vanos   La testa entre las manos   Alborota  su carré   Condenada la muchacha,   se presiente atrapada,   Finalmente    domada.        Autor Silvia Di Cesare